jueves, 24 de octubre de 2013

Mi rol como agente de cambio


¿Qué características tiene un Agente de Cambio? ¿Cómo actúa? ¿En dónde está?

A veces podemos llegar a creer que estos personajes son personas que nacieron siendo extraordinarias, con superpoderes y dotados de muy buena suerte. Sin embargo, entre más conocemos a las personas que generan transformación en la sociedad nos damos cuenta que bien podrían ser cualquiera de nosotros. Quizá desde nuestra perspectiva parece que su perfil es algo al que solo unos pocos pueden llegar, pero la realidad dice que gran parte de su éxito se debe al enfoque persistente en equilibrar cuatro aspectos principales:

Empatía

La cuestión de pensar en el otro es el paso cero para ser un agente de cambio. ¿Cómo vamos a querer generar una transformación sin tomar en cuenta a los demás? 

Las personas que han dejado huella revolucionando la forma en que vemos al mundo, lograron vincular su misión en la vida con el impacto en la sociedad. Por ejemplo, Steve Jobs quería un mundo donde cualquiera pudiera acceder a la tecnología de una manera sencilla e intuitiva. 

En el momento en que reconocemos el valor de la otra persona y canalizamos nuestras fortalezas para alcanzar un bien común, estamos aprovechando la empatía para ser un agente de cambio.

Apertura al cambio

 Lo más constante que podemos encontrarnos en la vida es la inconstancia. El entorno que nos rodea cambia a velocidades tan impresionantes que la clave para sobrevivir está en la adaptabilidad.

Es por eso que cuando las cosas no salen como esperamos, necesitamos ponernos en modo apertura al cambio.

Quizá estas situaciones nos den miedo por que hay incertidumbre, pero una vez que nos reconocemos a nosotros mismos como capaces de superar obstáculos, tendremos más y mejores herramientas  para hacerlo.

Compromiso

Un especialista que había seguido la trayectoria de personas exitosas descubrió ciertos puntos en común. Uno de ellos era el compromiso, y comentaba que la perseverancia que se imprime al momento de intentar alcanzar algo es lo que marcaba la diferencia con el resto de la población. 

Como dice Gustavo Cerati: "Tarda en llegar y al final, al final hay recompensa". 

Las cosas que valen la pena no están a la vuelta de la esquina, sino unas cuadras más allá de lo que comúnmente se camina. El compromiso que tengamos con nuestra visión es lo que va a hacernos mantener el ritmo mientras avanzamos hacia lo que queremos hacer.

Pasión

Sin duda alguna es el ingrediente clave de esta receta: podemos tener empatía, pero sin pasión no estaremos contagiando a los otros de las ganas que tenemos por transformar; necesitamos pasión en lo que hacemos para estar dispuestos a hacer saltos de fe cuando hay que tomar decisiones que requieran nuestra apertura al cambio; si el compromiso nos hace andar hasta el final, la pasión es aquello que nos hace disfrutar de la ruta.

Si estamos enamorados de lo que hacemos, los demás querrán sumarse a la causa porque verán en nosotros esa alegría que trae. Es mantener ese brillo en los ojos cada vez que hablamos de lo que nos gusta.

Bill Drayton mecionó: Todo el mundo puede cambiar el mundo.

Ser un agente de cambio es todo un reto y por eso todos podemos acceder a él. En todos recae la responsabilidad de contribuir a una sociedad más empática e incluyente.

¿Te animas a ser un agente de cambio?


0 comentarios:

Publicar un comentario